Hay un día al año en cualquier vida de un padre divorciado contenciosamente que, todavía no sabemos por qué, comienzan a suceder fenómenos extraños. Hablamos del Día del Padre.

Como sabréis, hay determinados días del año en los que las visitas se regulan de otro modo. Estos días son: Día de Reyes, Día del Padre, Día de la Madre y días de cumpleaños varios (progenitores y niños). En nuestro caso, el progenitor correspondiente tiene derecho a pasar con la niña desde las 16h -19h independientemente de con quién tiene que estar la niña ese día. Ejemplo práctico: si Día de Reyes lo pasa con el padre, éste tendrá que llevar al niño a casa de la madre esas tres horas.

Normalmente en estas fechas suelen confluir fenómenos extraños que no ocurren en ningún otro momento del año. Especialmente el Día Del Padre, en el que la madre, no sabemos por qué fuerza sobrenatural, se ve afectada por todo tipo de infortunios que, de forma inevitable, le impiden llevar a la niña con el padre.

Creédme si os digo que este caso me tiene totalmente descolocada porque, si trato de analizarlo desde un punto de vista racional, no consigo explicarme esta sucesión de fenómenos extraños. Pero bien es cierto que, tirando de histórico, no hay ninguna razón por la que tenga que dudar de la veracidad de lo que dice la madre. Total, ella lo dice plenamente convencida.

Esto tira por tierra mi hipótesis de lo que ocurrió el año pasado, cuando «la titular de la guarda y custodia que soy yo», en medio de un puente brutal, pasó de volver a Madrid el domingo, Día del Padre, por lo que contándonos una milonga del trece, dejó al padre sin la niña; a la niña sin el padre; al regalo sin destinatario; y a la sentencia tiritando.

Mira que nosotros pusimos de nuestra parte y le dimos a elegir: ir nosotros a pasar el día allí; pagarle un billete de tren; pagarle un coche de alquiler… Pero ella, ladina, y sabedora de que se estaba pasando la sentencia por sus valores, apagó el teléfono nada más enviar el mail informativo, y no contestó hasta la noche y excusándose por no haber leído el correo. Huelga decir que esto último tampoco fue con mala intención, sino por la culpa de Movistar que, ¡cómo se le ocurre! hay capitales de provincia a las que no lleva cobertura. Pondremos una reclamación por daños colaterales.

 

Truco para prevenir fenómenos extraños

Como ya sabréis, si hay algo en esta vida que cae en saco roto, son los incumplimientos del régimen de visitas. Tú lo denuncias y el juez te hace una pedorreta en tu cara y que pase el siguiente. Así que, en nuestro caso, hemos optado por prevenir.

Desde el año pasado, y temiendo que un día de estos nos diga que le han atacado dos dragones asiáticos justo en el momento en el que se disponía a salir de casa (porque sabemos que puede ocurrir), preferimos curarnos en salud y poner en práctica un sencillo truco que, desde entonces, no falla.

El truco es el siguiente: los días previos a que puedan surgir fenómenos extraños, se le envía un correo en el que le recordamos la fecha y en el que deseamos expresamente que no haya ningún impedimento (enfermedad rara y repentina de la niña, fenómeno meteorológico solo existente en su universo particular, ataque del espíritu de un guerrero de Xian, etc.) que puedan impedir la visita; y le animamos, dada su mala pata en estas fechas concretas, a poner los medios alternativos para garantizar que la visita se lleve a cabo, como por ejemplo, hacer la revisión oportuna al coche porque, no sé qué ocurre, que el coche siempre tiene la culpa.

 

Regalo para el Día del Padre

Por si este año tenemos suerte, y teniendo en cuenta que el Día del Padre cae en lunes y que, al menos en Madrid, hay cole, este año hemos preparado un regalo que esperamos poder darle en tiempo y forma. Es algo muy sencillo porque lo hemos hecho a escondidas (en 15 minutos y habiendo avisado previamente a su padre de que no podía entrar en el salón porque estábamos preparándole una sorpresa. Está claro que esta niña solo le guarda los secretos a su madre, porque a mí me los destripa).

Espero poder dárselo y, en cuanto lo tengamos entregado, os contaré en qué consiste. Porque ya solo nos faltaba hacerle un spoiler del regalo y que tengamos la mala pata de que, cuando la madre custodia vaya a salir de casa, la intercepten unos testigos de Jehová y no pueda deshacerse de ellos en las tres horas que dura la visita a pesar de sus esfuerzos. Porque sí, puede ocurrir. Os lo digo yo.

 

Espero que podáis disfrutar hoy de vuestros peques y vuestros peque de vosotros. Y a los que no, muchísimo ánimo y muchísima fuerza.

 

¡Feliz día, Superman!