Las madrastras de los cuentos eran las malvadas porque los padres estaban viudos, pero ¿quién es la malvada cuando están divorciados? El tema de las exmujer (y, por tanto, madres de sus hijos) es un tanto peliagudo, por eso vamos a tratarlo desde el principio y sin intención de entrar en conflicto.
Si el papel de madrastra siempre ha sido un papel desagradecido, el de exmujer no lo es menos (tenga o no hijos). Tradicionalmente, la ex siempre ha sido un problema, incluso cuando hemos sido nosotras las que hemos ostentado ese cargo. Haciendo memoria, creo que no le he caído bien a ninguna de las novias de mis ex. Y si sigo haciendo memoria, creo que de sus nuevas novias, muy pocas me han caído oficialmente bien (es más, en algún caso he visto sus peleas con un absoluto placer de venganza). Una vez puesto sobre la mesa el principal escollo, seguimos.
En la mayor parte de los casos, las ex no nos lo ponen fácil a las madrastras, quizás porque partamos de este enfrentamiento instintivo y tradicional, como el que se genera entre las suegras y las nueras. Sin embargo, salvando algunos casos como el que a mí me ha tocado y que es un auténtico calvario, creo que vivir en un permanente periodo de entreguerras es algo relativamente sencillo. Esto no quiere decir que ella y tú tengáis que ser amigas, con respetaros y mantener un ambiente de cordialidad (de cara al niño, aunque por dentro queráis mataros) será suficiente.
Madrastra vs Exmujer, ¿cuál es el origen real?
Tras reflexionar profundamente y analizar cuál está siendo mi experiencia, puedo decir que uno de los motivos de este enfrentamiento es que, normalmente, la madre ve a la madrastra como la nueva novia de su ex, de la persona con la que ha estado equis años, con la que ha tenido uno o varios hijos y a la que, probablemente, odie con todas sus fuerzas (y, por solidaridad, con las de su familia). Eso genera una serie de sentimientos (y resentimientos) que, como sabrás si alguna vez has visto a tu ex con otra, son difíciles de controlar. También creo que hay otro origen, y es la cultura heteropatriarcal en la que, tradicionalmente, hemos sido educadas las mujeres y que el otro día compartía conmigo una amiga (una cuestión extensa que algún día me gustaría tratar).
Sin embargo, cuando se tienen hijos, él ya no solo es ese ex al que te gustaría ver desintegrarse dolorosamente; es ante todo el padre de tus hijos. Y «la otra»no es la nueva novia del ex, sino la persona que pasa con tu hijo o tus hijos bastante tiempo.
Manual de supervivencia
Tratar este tema requiere tiempo, por lo que, por ahora, voy a compartir algunos puntos que considero importantes y que, más adelante, en otros post, iré desarrollando de forma individual. No obstante, esto es una visión personal y un ejercicio de objetividad, ya que considero que ninguna de las dos estamos en una situación idílica.
- Más madre y menos ex: los divorcios son un horror y, si has llegado a ese punto es porque, indudablemente, tu ex no te cae nada bien (y tú a él tampoco). Sin embargo, en este divorcio no estás sola, no has cortado con un novio con el que no te unía nada más. Ahora tenéis algo en común y es importante separar vuestro conflicto de la relación que tengáis con el niño.
- Sé generosa: independientemente de la edad que tengan los niños, un divorcio es duro para ellos. Sé generosa e intenta ponerle las cosas fáciles. No tiene que elegir entre tú y su padre; no va a dejar de quererte porque también quiera a la nueva pareja de su padre. Tu hijo no es un juguete ni un instrumento, sino una persona con derechos que todos tenemos que respetar (y si lo hacemos remando en la misma dirección, mejor sobre todo para él).
- Ser madrastra es un marrón: comenzar a salir con un chico con niños es muy complicado y cuidar de esos niños también lo es. Ten en cuenta que si la novia de tu pareja cuida de tus hijos, es porque quiere; si les besa y les abraza, es porque quiere. Agradécele que quiera a tus hijos, que quiera cuidar de ellos, que les regale buenos momentos… ¿Acaso no le das las gracias a tu vecina cuando les da de merendar? Pues ella le da todos los días que están juntos, por lo que no hay motivo para que se lo agradezcas con una patada. No es tu enemiga ni tu competidora y ella tampoco lo tiene nada fácil, de hecho, las madrastras solemos ser unas pringadas y casi santas.
- Tu ex es su pareja. No vayas por ese camino… Si la novia de tu ex tiene una buena relación con tus hijos no es porque ellos sean adorables (que para ti lo serán, pero puede que para el resto del mundo no lo sean tanto. De hecho, quizás tú seas una de esas que dicen: «los niños no me gusta, salvo el mío»). Si les cuida, les mima, aguanta sus rabietas, sus malos modos, sus desplantes y, entre todo eso, tus momentos estelares sin mandar a todos a freír monas, es porque quiere a tu ex. Por lo tanto, no intentes volver al punto número 1 porque la convertirás en tu enemiga (y eso es muy difícil de redimir).*
Aun así no es fácil…
Sé que podéis pensar que hablar desde mi posición es fácil porque no sé lo que es tener un hijo, lo que significa… Es cierto, no lo sé, pero sí sé lo que es tener a una ex actuando como una desnortada Jennifer Aniston cualquiera con una importante dosis de Glenn Close en Atracción Fatal y una catana preparada 24 x 7, y es muy difícil, sobre todos para los niños, que no cuentan con los mismos recursos que un adulto para abordar estas situaciones. Por eso es importante que echemos mano de la responsabilidad y la madurez, que esto no es una comedia romántica, es la vida real.
*Punto 5 para las que se pasen la vida bailando entre el punto uno y el punto cuatro: prueba a sustituir la catana por una suscripción a Meetic (o Tinder, Happn…).
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