Esta Semana Santa hemos estado en la playa y durante una de las comidas vivimos una situación muy graciosa y que me hizo pensar. Mi chico siempre me dice que la niña me quiere a mí más que a él. Yo sé que no es cierto, pero el otro día descubrí que me quiere más de lo que yo pensaba (o al menos eso me hizo creer para sacar su tajada, que es salir ganando en todo, también en esto del cariño).

Ella siempre quiere sentarse a mi lado. No es por cariño, al menos no totalmente, sino porque sabe que a mí me toma el pelo, mientras que a su padre no. Por eso, el otro día, mientras comíamos, le dijo a su padre:

-Papi, yo me siento con la #AmiguiDeLas13Letras
-Ah, ¿no quieres estar conmigo?
-Sí, Papi, pero entiende que tú también tienes que estar con los demás…

 

Flipé con cómo le había dado la vuelta al asunto y pensé en la genética materna. Me hice pis del susto. Así que salí en defensa de mi amado:

-Pues yo siempre quiero estar con Papá, porque es a quien más quiero del mundo.

 

Me dirigió una mirada entre heladora, descompuesta y desconcertada y, mientras masticaba una patata frita, me preguntó:

-¿Y a mí?
-A ti después de Papá
-¡Pues te echo de mi familia! ¡Ya está! Ya no estás en mi familia si no me quieres a mí primero

 

Empezamos a reírnos y quise tirarle de la lengua en un intento de dejarla con el culo al aire, pero no esperaba que tuviera tanta habilidad como para devolvérmela:

-¿A quién tengo que querer entonces primero?
-A mí
-¿Y tú a quién quieres primero? ¿A mí?
-No, yo a mamá y a papá y luego a ti
-¡Ajá! ¿Y si te digo que me tienes que querer a mí primero?
-No… Yo les quiero a ellos primero porque son mis padres, y tú tendrías que hacer lo mismo: primero a tus padres y luego a mí.
-¡Chúpate esa, Teresa! -le dije a mi suegro, que no daba crédito a lo que acababa de escuchar

 No supe qué contestar ante tan clarividente argumento. Me puse a reír y fui a pedir un plato de paella. El caso es que llegamos a un acuerdo, y es que a Papá y a ella les quiero muchísimo y de forma diferente. Ella no está muy convencida, así que en un acceso de salirse con la suya, al más puro estilo #SuMadreQueSoyYo, me soltó un:

-Vale, pero a mí primero.

 

No contesté. Mis padres, mi hermano y su padre están por delante (como debe ser), aunque a ninguno le quiero de la forma que la quiero a ella.