¡Te has quedado la horquilla que le puse ayer y la compré yo!

Los hurtos y las apropiaciones indebidas, junto con el derecho a la propiedad, son algunos de los conflictos más recurrentes en nuestro día a día con #SuMadreQueSoyYo. ¿La razón? Piensa que constantemente le estamos quitando cosas y, lo que es peor, que lo hacemos a propósito para producirle daño, privándole de poder disfrutar de esas cosas en su casa.

Cada dos meses, cuando ve que un conflicto está muriendo o se está resolviendo o está estancado, #SuMadreQueSoyYo genera otro conflicto que se reduce a acusarnos de habernos apropiado vilmente de lo que no es nuestro. Estas apropiaciones viles e indebidas pueden ser de varios tipos: horquillas, gomas del pelo, camisetas, algún rotu… un sacapuntas… Cosas que te pirras por hurtar.

El caso es que ayer llegó un correo, que ya se encuentra en la carpeta de “Hurtos y pajillas” (entiéndase estas por “mentales”), en el que acusaba al padre no solo de haberse quedado con el gorro de natación de 2º de Infantil, sino lo que es más grave: de llevar años esperando sin éxito que se lo devolviera de motu proprio. Por lo que, a la vista de que no tenía intención porque solo busca fastidiarla, se había animado a reclamárselo.

No miento si os digo que cuando lo leí me quedé unos segundos en shock sin saber si era coña o no. Pero lamentablemente, estas cosas nunca son coña. Así que lo primero que me salió fue: “Mira, mándala a la mierda”, pero como esto puede considerarse vejación (aunque justísima en este caso) y, por tanto, VG, decidí buscar otra opción (una vez habiéndolo dicho para desahogarme).

Haciendo oídos sordos, mi pareja optó por salvaguardar su integridad intentando contestar de forma racional. Un mail que se limitaba a decir:

 

Que no recordaba a qué gorro se refería
Que no tenía ni había tenido interés alguno en apropiárselo
Que, en cualquier caso, no teníamos ese gorro

 

Como siempre, creemos que una respuesta racional, educada y coherente dará por zanjado el tema, pero no, lo único que conseguimos en sacar a la fiera que lleva dentro. Así fue como recibimos contestación advirtiendo:

 

Que vista la negativa no le dejamos más opción que ponerlo en conocimiento del colegio para que tomen las medidas oportunas.
Que tenía pruebas suficientes que demostraban que hace dos años nos quedamos ese gorro
Que ese gorro lo había comprado ella y ella suyo

 

Os juro que casi me orino encima cuando lo leí. Todo esto, claro está, acompañado de unas líneas en las que aludía a todas las cosas que nos quedamos constantemente y que no nos reclama: lápices, una botella de agua de plástico de Fontvella, una goma de borrar, unos calcetines…

Visto el panorama, podríamos haber optado por contestar algo como:

 

Mira sí, me lo quedé porque me lo pongo cada día para ir a comprar el pan

 

Pero se optó por aludir escuetamente al surrealismo de la situación y dar por zanjado el tema, mail que contestó con un:

Respondes así porque sabes que llevo razón

 

Así que, mientras ella seguía con el runrún mandando correos de forma compulsiva, nosotros dimos por concluida la conversación, cenamos y nos dedicamos unos arrumacos mientras veíamos una serie de miedo, que no da ni de coña tanto miedo como el percal que tenemos.

 

La lista de hurtos y apropiaciones indebidas

Desde que formo parte de este festival exmarital he visto toda suerte de acusaciones. Todavía recuerdo un día que le acusó de haberse quedado una goma del pelo y envió tres correos y dos whatsapps en media hora hablando en tercera persona como Aída Nízar:

 

La goma del pelo que llevaba hoy MI hija no es suya, sino de SU MADRE, QUE SOY YO. Ruego la devuelvas cuando vengas a por ella o no volverás a ver nunca más a tu hija.

 

El caso es que esto es cada vez más común y, de una forma u otra, siempre utiliza a la niña para que esté unos días reclamando el asunto, como si fuera una paloma mensajera. Así es como la niña entra en bucle reclamándonos insistentemente todo tipo de cosas, a cada cual más absurda, durante varios días:

 

¿Qué quieres de postre? Manzana o naranja
Mamá dice que le devuelvas una bola de pelo de gato que llevaba en mi pantalón, que es suya

 

En fin, que estoy deseando que vaya al cole a poner en conocimiento de sus amigas la Directora, la profesora y la orientadora lo del gorro de natación de II de Infantil. Es más, si no fuera porque tengo relación cero con ella, la animaría en plan cheerleader a que instara al colegio a abrir una colecta para comprar uno nuevo (el monto asciende a 4.5 euros en Decathlon), como recompensa por no haberse cerciorado de darle el gorro a ella en vez de a su exmarido.

Lamentablemente, por ahora solo me queda esperar la cara de los Servicios Sociales cuando sean conocedores del nuevo conflicto. Probablemente hagan lo de siempre: tomar nota, decir “ajá, ajá” y decir que bueno, que lo que ocurre es que, tras cinco años, todavía no ha superado el divorcio, pero que hay que tener paciencia.

¡Sigamos para bingo pues! (pero que nos preparen un barranco por si hay que tirarse).