Del mismo modo que en el cine o en la literatura hay frases que pasarán a los anales de la historia (como el inicio de Anna Karenina, que es mi favorito entre cualquier otro), en nuestra relación con #SuMadreQueSoyYo hay frases que pasarán a los restos (que no están a la altura del inicio de Anna Karenina, pero que, si sigue insistiendo, lo conseguirá). En este caso no tanto por ser brillantes, sino por aparecer en casi todos y casi cada uno de los correos que recibimos.

Hoy abrimos el melón de los correos electrónicos y os cuento algunas cosas que siempre me han llamado la atención del intercambio de correos con #SuMadreQueSoyYo. Si detectáis patrones de comportamiento, que os sea leve.

 

5 frases de cualquier intercambio de mails que se precie

Algo que he notado es que, hablemos de lo que hablemos, hay frases que siempre se repiten. Recursos narrativos y retóricos que no siempre vienen a cuento, pero que siempre encuentran un lugar en sus textos.

¡Nunca nos has querido!

Esta frase es un must en cualquier intercambio de correos que se precie. En cuanto la cosa se pone tensa, no duda en sacarlo a relucir. A mí siempre me resulta especialmente sorprendente. No importa cuántas veces lo ponga, siempre me provoca perplejidad.

 

¡Siempre he sido yo la que la ha llevado al médico!

El médico es otro recurso retórico de fondo de armario. Da mucho juego tanto para bien como para mal. Que ella lleve a la niña al médico es bien porque quiere decir que se preocupa por ella. Que él lleve a la niña al médico es mal porque quiere decir que, bajo sus cuidados, no está lo suficientemente cuidada. Haber llevado a la niña al médico antes del divorcio, siempre da un bono de 5 puntos en la Escala de Victimicher.

 

¡Nos has abandonado!

En la Escala de Victimicher, esta frase tiene un 5.2. Te deja helada porque no entiendes muy bien a qué llama «abandono» teniendo en cuenta que fue ella quien pidió el divorcio, pero el caso es que es como la cebolla, casa con casi cualquier plato aunque te dan ganas de llorar. Al igual que la primera, es un buen recurso para salir por los cerros de Úbeda en cualquier discusión.

 

Como titular de la guarda y custodia…

Esta es mi favorita porque me recuerda a las pelis en las que anuncian con boato, trompetillas y panderetas la llegada de una reina. En este caso, ella se lo guisa y se lo come en un alarde de optimización de recursos narrativos (porque no sabéis lo que cunde eso de referirte a ti mismo en tercera persona).

 

Por el bien de fulanita

Esta frase es otra de mis favoritas y es un recurso narrativo espectacular para reforzar cualquiera de tus argumentos. No importa de qué barbaridad estemos hablando, porque aquí lo importante es entrar en una competi unilateral para ver quién mira más por el bienestar de la niña (mientras la niña se deshace por dentro porque, en el fondo, el bienestar de la niña importa un pito, lo importante es ganar la batalla personal contra el padre de la niña).

 

…Y unos cuantos recursos ortotipográficos 

Sin embargo, para que realmente estas frases sean efectivas, deben ir acompañadas de unos recursos ortotipográficos acordes al cacao en cuestión. Esto es:

MAYÚSCULAS

Las mayúsculas siempre aportan color y en un mail significa que el emisor está cabreado, quiere recalcar un mensaje o cree que lleva más razón que un santo.

 

MAYÚSCULAS + NEGRITA

Si, además, de poner el mensaje en mayúsculas le metes un plus con la negrita, ya flipas. Y entonces entiendes que esa frase va en serio. Súper en serio.

 

MAYÚSCULAS + NEGRITA + SUBRAYADO

Llegado este caso mi sonrisa zen y condescendiente (nunca maliciosa) se convierte en preocupación porque sé que la otra parte empieza a perder los papeles. La preocupación aumenta cuando esta ortotipografía se aplica a una parte del mail en la que, aparentemente, no aporta nada porque en ese momento entiendes que está intentando dar énfasis a algo que se te escapa. ¿Qué hay que hacer en estos casos? Releer a ver si lo averiguas.

 

MAYÚSCULAS + NEGRITA + SUBRAYADO + ERRATAS + SIGNOS DE %

Cuando se le escapan los signos de % quiere decir que ha perdido el control y te espera una buena turra y que, hagas lo que hagas, no vas a conseguir ni frenar el ímpetu ni introducir coherencia alguna en el hilo de mails. Llegado ese momento, yo me planteo prepararnos un gintonic y que se lo pase a la abogada, que en estos casos se pone maravillosamente punkarra y la pone en su sitio en un momento.

 

En fin, los intercambios de mails son una pérdida de energía brutal, pero pueden ser tremendamente divertidos. El problema es que siempre terminan siendo especialmente estériles. Yo soy partidaria de no dejarte llevar por la pasión e ir al grano. Sobre todo porque no hay nada que enerve más que el hecho de que no te sigan el rollo.

Espero que, si os sentís reflejados en el post de hoy haya podido sacaros unas risas. Dicho esto, recordad: mal de muchos…

 

Pd. Otro must son las subordinadas sin control, de esas que desde que empiezan hasta que terminan has perdido el hilo y que son fiel reflejo del cacao que nos ocupa. Otro día hablaré de ellas. Meterme en sintaxis me da un pelín de pereza.