Como cualquier familia, tenga la naturaleza que tenga esa familia, nosotros nos enfrentamos a las noches. Con seis años, entenderéis que lo habitual es que duerma de un tirón. Sin embargo, hay noches que no lo hace por múltiples motivos. ¿A quién llama de los dos? ¿Si te llama, te levantas o le dices a su padre: “ve tú, que es tuya”? Esto es lo que nosotros hacemos:

 

Levantarse o morir

Creo que ya he comentado en algún post que cuando mi Pequeña Dictadora nos requiere a media noche, esta que escribe salta como una exhalación en una competi inconsciente con su padre. Él no se lo cree, pero más allá se mi interés por ser la primera que entra en la habitación a ver qué le ocurre, lo hago para que él no se despierte.

Sin embargo, teniendo en cuenta que últimamente si me despierto, no vuelvo a dormirme, he optado por que sea su progenitor quien se levante. Y no solo quien se levante, sino quien debata y negocie con ella en mitad de la noche (salvo cuando me llama expresamente a mí).

Son múltiples las causas que pueden hacer que mi Pequeña Dictadora requiera nuestra presencia en sus aposentos. En la mayor parte de los casos, innecesariamente. No obstante, tengo detectado cuándo llama a su padre y cuándo a mí.

 

Papiiiii  para las negociaciones

Quiero agua

¿Y? Pues bebe agua, pensaréis. Pues no… Le da miedo sacar la mano para coger la botella del agua a pesar de que su cuarto está iluminado. Así es como, en mitad de la madrugada, podemos enzarzarnos (mejor dicho, se enzarza principalmente con su padre) en una negociación.

-Quiero agua…
-Coge la botella, que la tienes al lado de la cama
-No… ven tú.
-No es necesario. Puedes beber tú sola -intervengo
-Nooo
-Bueno, pues no bebas agua.
(Silencio durante 3 segundos)
-Joooo tengo sed
-Pues bebe agua, que la tienes ahí…

 

Mientras, miro el reloj: las 3 am. Me acuerdo de todos los santos del Patíbulo de Roma.

 

-No… tengo miedo. ¿De verdad prefieres que pase miedo a levantarte y venir a darme el agua?

Me acuerdo de su madre porque sé que no le da miedo sacar el brazo y beber, que lo importante para ella es ganar el pulso.

 

-Enciendo la luz y bebes -resuelve mi pareja sentimental
-¡No, por dios!

 

Y se hace la luz en el dormitorio, pasillo… como si te estuvieran interrogando. Es más, sientes que de un momento a otro te tirarán un cubo de agua helada a la cara para terminar de fastidiarte la noche.

Bebe agua. Se apaga la luz. Se duerme la niña. Se duerme el padre. Me pongo a contar ovejas.

 

Quiero pis

El pis da lugar a una situación parecida al agua, solo que ahí no se ponen a dialogar. Dice quiero pis y su padre se levanta a llevarla a hacer pis. Hace pis. Vuelve. Se duerme la niña. Se duerme el padre. Me pongo a contar ovejas.

 

Mamadrastra para hechos consumados y manipulaciones

¿Cuándo me llama a mí? En las ocasiones en las que no hay remedio o tiene ganas de marcha.

 

Mamadastraaaaa…. Ven

-Mamadrastraaaaa
-Dime, mi amor
-Ven
-¿Qué quiere? -me dice su padre
-Se ha meao, fijo. ¿Qué quieres, mi vida?
-Me he hecho pis, me dice mostrándome el cerco del delito.

 

Me acuerdo de su madre y le pregunto a dios por qué diantes me puso en mi camino un novio con cargas familiares. Pero no sé por qué no soy capaz de sacar ese enfado afuera y lo único que me sale es una actitud angelical. Aparece su padre en escena.

 

-Se ha hecho pis.
-JXXX

 

Vamos a hacer pis. Nos limpiamos. Cambiamos el pijama. Cambiamos las sábanas. Llevamos lo piseado a la habitación de la lavadora. Todo en equipo. Besito. Besito. Te quiero. Caricia. Te quiero. Y a la cama.

La niña se duerme. El padre se duerme. Yo me pongo a contar ovejas.

 

Mamadrastra… ¿puedo ir a tu cama?

-Mamadrastraaaa…
-Dime, mi vida
-¿Puedo ir a tu cama?
-3.30 h. No jodas, por dios! Ahora no! -le digo a su padre.
-No, todavía es pronto. Duerme un poco más. -Intercede.
-Jo… es que no tengo más sueño.
-Que es muy pronto, mi vida. Luego más tarde. Es muy de noche.
-¿No quieres que me vaya a tu cama? ¿Sabes lo que es querer a una hija? Querer a una hija es si te dice que si puede ir a tu cama, decirle que sí.
-No me lo puedo creer! Eso es de su madre fijo -susurro con cabreo.
-A dormir! -zanja su padre
-Jooo pues no tengo sueño, pues no tengo… pues no… pues…

 

La niña se duerme. El padre se duerme. Yo me pongo a contar ovejas

 

En fin, como veréis, ella tiene muy estudiado el percal y sabe a quién tiene que llamar. A su padre para cosas “serias”; a mí para limpieza y recogida de líquidos, y traslados. ¿Qué hacer en estos casos? Yo colaboro. Me parece un marronazo y me da pena colárselo totalmente a mi chico. Pero claro, es que yo soy muy sufrida… y, por supuesto, siempre termino desvelada.