Hoy voy a hablar de las madres divorciadas. De esas madres que no tienen nada que ver con #SuMadreQueSoyYo y cuya muestra tengo en mi TL. Por eso vamos a empezar desde el principio.

Yo abrí el blog por tres razones:

  • Visibilizar nuestro caso (que en ese momento creía que era un hecho aislado).
  • Visibilizar el rol de la madrastra (y que nada tiene que ver con el que ha calado por tradición literaria).
  • Concienciar sobre la la importancia de llevar a cabo un divorcio con hijos responsable.

Quizás esta última razón sea la más importante de todas. La primera va solo de contextualizar y dar ejemplos reales  (nuestra vivencia); y la segunda, de amenizar. Pero, sin lugar a dudas, la tercera es la principal.

 

Visibilizar la realidad de un divorcio con hijos contencioso

Durante este tiempo (un año y poco desde que abrí el blog) he tenido dos momentos importantes: uno de mucho terror y otro de mucha alegría.

El de terror lo viví a las pocas semanas de abrir la cuenta en Twitter, cuando se puso en contacto conmigo un juez para decirme que nuestro caso no era algo aislado y para darme las gracia por visibilizar lo que diariamente veían en los juzgados de Familia. Sentí terror porque pensé:

Si es algo corriente, ¿por qué no se hace nada?

 

Pensé que igual ese juez era un agonías, pero no. Después vinieron más jueces, fiscales, abogados, psicólogos forenses… Todos con el mismo mensaje. Y vi que nuestro caso solo era uno más, un asunto aceptado, institucionalizado y que había calado cómodamente en un sistema político, judicial y social con demasiadas fallas.

En cuanto a los seguidores, los primeros que  llegaron fueron los padres divorciados, quienes vinieron a confirmar lo que me iban diciendo «desde arriba»: que es un mal de muchos. Padres con batallas infinitas y agotadoras a sus espaldas, como se prevé la nuestra. Todos con los mismos problemas, todos con los mismos muros, todos con la misma gymkana, todos con las mismas denuncias de fondo de armario.

Y tras ellos y las madrastras, que empezaron a asomar tímidamente pero que comienzan a ser un batallón, llegaron ellas. Mis favoritas. Las que más me están enseñando: Las Madres Divorciadas. 

 

La llegada de las Madres Divorciadas, #MamáASecas.

La primera madre divorciada que llegó a mi TL, al menos manifiestamente, fue Mercedes, madre y abogada. Me hizo muchísima ilusión, aunque lo afronté al principio con miedo pensando: «Esta me va a crujir». Pero no. Para nada. Hablamos, me contó su historia, se ofreció a ayudarme y escucharme y me mostró que nuestro caso, más o menos, también se da al revés. Ambas cosas las veía con bastante frecuencia.

Después llegó Bea. Bea es una guerrera. Madre divorciada, hija de padres divorciados y cuñada de alguna #SuMadreQueSoyYo, me enseñó que, a pesar de tener muchas cosas en contra, se debe y se puede hacer las cosas bien. La admiro mucho.

Al poco empezaron a aparecer otras como Karola, que me dejó en shock al decirme: «oye, bonita, muy bien lo que dices, pero yo tengo a un #SuPadreQueSoyYo» (más o menos). Sabía que existía esa especie, por supuesto, pero no lo había abordado, por lo que le agradecí infinito que me diera el toque.

O Belenuca, por ejemplo, que me hizo llorar una mañana al contar por qué, a pesar de estar divorciada del padre de su hijo, se desvivía para que ellos mantuvieran buena relación. Hizo una reflexión sobre la supervivencia de su hijo siendo bebé y el poco derecho que tenemos los adultos a intentar cortarles una parte de su vida. Esa reflexión ha supuesto un antes y un después en mi forma de ver este tema y muchas otras cosas.

O Nuria… Nuria, que ha vuelto a vivir con su madre y duerme con su hijo en la misma cama porque no tiene para más, pero que está luchando con uñas y dientes para encontrar un trabajo y sacarlo adelante porque la otra parte no responde.

Y así, poco a poco fueron llegando más madres, como Larita, que también fue una de las primeras y que es encantadora; o Luna, o La Chica de Huete, entre muchísimas más que me dejo, pero que sé que estáis ahí. Todas ellas madres divorciadas; madrastras y madres al mismo tiempo en algunos casos. Llegaron todas las combinaciones posibles, pero todas con un mismo objetivo:

 

Intentar hacer las cosas bien y poner el bienestar de sus hijos por delante de cualquier otra cosa.

 

Algunas llegaron, en mi opinión, con menos prejuicios de los que yo tenía porque yo llegaba cargada de dinamita. Otras, llegaron quizás con los mismos que yo y pensando: «A ver qué me va a contar esta», pero todas llegaron con muchísima generosidad. Tanta que el otro día una de ellas me hizo vivir el momento de más alegría cuando me dijo que leyéndome había reconocido en mis tuits cosas que hacía mal y que estaba intentando hacerlo mejor. Es Luna y no tiene una situación ideal, pero no por eso desiste. Por cierto, se casa en veinte días. ¡Felicidades!

Ese fue el momento de más alegría porque el objetivo 3 y más importante de abrir este blog se había cumplido: entre todos estábamos concienciando y digo entre todos porque todos tenemos mucho que aprender y mucho que enseñar. Lo único necesario es estar dispuesto a hacer las cosas bien.

Tras esto también han llegado momentos tristes, como el de hace unos días,  cuando una madre me envió un DM para decirme que tenía que dejar de seguirme porque ver que su expareja no respondía como la mía con su hija y eso le dolía. Espero que pronto cambien las cosas y todo se solucione.

 

El Sambenito de la Madre Divorciada

Del mismo modo que existe el sambenito del padre divorciado que se desentiende de sus hijos, que solo persigue la custodia compartida por una cuestión económica (y por desinformación), etc., también existe el sambenito de las madres divorciadas que  son unas interesadas y solo buscan alejar al los hijos de su padre. Ambas realidades existen, por supuestísimo, pero es injusto dar por hecho que todos los padres divorciados o todas las madres divorciadas son así.

Si para algo me ha servido todo esto ha sido para sacudirme de prejuicios porque los traía todos. Prejuicios y desinformación. También me ha servido para aceptar que sí, que las cosas más repugnantes también puede hacerlas una madre (algo que hace años habría rechazado abiertamente y sin dar lugar a réplica).

Por eso hoy quiero dedicar este post a esas madres divorciadas que antes de ser una #SuMadreQueSoyYo prefieren ser #MamáASecas y actuar como una mamá y desde la generosidad que siempre presuponemos. Unas con vidas más fáciles, otras con vidas más difíciles; unas con parejas que responden, otras con parejas que no responden o lo hacen solo cuando les apaña. Pero todas ellas con un objetivo común:

 

Hacer las cosas bien porque, en estos casos, no se deben hacer de otro modo

 

A todas ellas (y a las que tengo en mi día a día) quiero mandarles un abrazo enorme y darles las gracias por todo lo que me enseñan y, sobre todo, por mantenerme los pies en la tierra porque en estas luchas es muy fácil dejarte llevar por la emoción y pensar que tu realidad es una y única. Y no solo eso, también es muy fácil irte a un extremo y desenvainar la espada como si tu caso fuera el caso de todos. Y no, no es así. Hay millones de realidades, tantas como familias. Y ni todos los padres divorciados son padres dedicados, ni todas las madres divorciadas son #SuMadreQueSoyYo.

Y, por supuesto, también quiero mandarles un abrazo de parte de mi chico, que siempre siempre siempre está diciéndome que visibilice a estas madres,  que tenga cuidado con lo que digo no vaya a hacerles daño, que les escriba un post para que la gente no piense que todas son iguales y que las cuide y las mime porque se merecen lo mejor y es necesario que sigan dando ejemplo.

 

¡A todas ellas, millones de gracias!