Hoy, en el enésimo capítulo de manipulación infantil, vamos a hablar de «La Libreta de Mamá». La Libreta de Mamá es un recurso que yo desconocía hasta esta misma mañana, cuando he llevado a la niña al cole y, justo antes de salir de casa, se ha vuelto loca.

¡Tengo que llevarme la libreta de Mamá!

Pensando que se refería a alguna cosa que tuviera en casa de mamá, y teniendo en cuenta que íbamos tardísimo, he intentado convencerla de que no llevarla no era tan grave:

-Cariño, tus cosas son tuyas estén donde estén. No pasa nada si están en esta casa o en la otra. Ya te la llevarás.
-¡No, pero es que es la libreta de mamá y tengo que llevársela porque si no se enfada!

 

Aquí se me han puesto las orejas tiesas. Viendo el agobio que tenía, y viendo también que no nos daba tiempo a buscar libretas, le he pedido que me contara más sobre el tema. Así ha sido como he descubierto que su madre le da una libreta los fines de semana que pasa con su padre para que se acuerde de ella, la dibuje y haga dibujos para ella. Y cuando vuelve a casa el lunes, le tiene que enseñar los dibujos.

 

-Bueno, pues se la das el próximo día, no pasa nada. -le he dicho.
-Sí, porque se va a enfadar mucho
-Pero no hay por qué enfadarse, cariño. Seguro que mamá no se enfada por eso.
-Sí se enfada, ¡y se enfada conmigo!

 

Ahí ha sido cuando, en un acceso de desesperación porque he visto miedo en su cara (cosas que pocas veces veo porque, si por algo se caracteriza esta niña nuestra, es por plantarte cara sin problemas), la he cagado:

-Bueno, pues dile que se enfade conmigo, pero que no me ha dado tiempo a buscarla. Pero te prometo que papá y yo la vamos a buscar y te la vamos a dar el próximo día. A ver, dime cómo es para que la busque esta misma tarde.

 

Según su padre no tendría que haberme echado sobre mí la responsabilidad para intentar, en la medida de lo posible, mantenerme al margen. Creo que tiene razón, pero me ha costado en esas circunstancias dar una respuesta inteligente a una situación que, de por sí, me parece penosa. ¿Tiene que irse una niña con miedo a clase porque no va a poder enseñarle a su madre los dibujos que le ha hecho durante el fin de semana con su padre?

Sinceramente, puestos a vivir en la locura, creo que da igual lo acertada o no que sea una intervención porque el resultado será el mismo.

El caso es que, al final, se ha ido más tranquila y me ha descrito la libreta de mamá con pelos y señales para que se la demos el próximo día. Además, como al llegar al coche ha visto que todas las palomas de Madrid había depuesto sobre él, se ha partido de risa y ha estado riéndose de mí durante todo el trayecto.

 

Manipulación infantil: ponerle como deberes que se acuerde de ti

La manipulación infantil es, en mi opinión, una forma de maltrato infantil. Creo que los progenitores deben respetar los tiempos que los niños pasan con su padre o con su madre, sin interceder en la relación. Proporcionar una libreta a un niño para que, durante los días que pase con papá o con mamá, esté pensando en un progenitor en concreto (como si eso fuera algo más en sus deberes), haga dibujos para él y sobre él para demostrar que se acuerda de su padre o de su madre, me parece aterrador.

Me parece tan aterrador como el día que, con cinco años y después de pasar la tarde de Reyes con la madre, se presentó en casa con la cara descompuesta y pintada con lágrimas y una sonrisa de payaso triste. Cuando le pregunté qué le pasaba, me dijo:

 

-Son las lágrimas de mamá, que se ha quedado muy triste y me las ha dibujado para que me las traiga conmigo y me acuerde de ella.

 

La manipulación infantil puede ser tremendamente dañina para los niños que, por edad y por la relación que tiene con sus padres, son incapaces de gestionar esta situación. Intentar influir en los tiempos que pasan con el otro progenitor o hacerle responsable o partícipe de los sentimientos o emociones que le produzca al padre o a la madre separarse de ellos, es simplemente aterrador.

Aterrador.

Ahora tengo miedo a la reacción de su madre… Veremos qué pasa.