Las peleas entre hermanos es algo relativamente habitual. Estar a tortas pero no poder vivir el uno sin el otro es algo que puede sonarnos a muchos de los que hemos tenido hermanos. Sin embargo, como ocurre en tantísimos otros aspectos, en las las peleas entre hermanos en las familias enlazadas pueden suponer un problema más importante que en el resto de los casos.
Los celillos de uno; las necesidades de apego del otro; lo socorrido que puede ser en un momento determinado soltar un «es que ahora a mí ya no me hacéis caso»; o chinchar directamente a tu hermano forma parte del día a día de todas las familias y, como no podía ser menos, también de la nuestra. ¿Qué es lo que pasa en nuestro caso? Pues que, al otro lado del muro, tenemos a #SMQSY en plan alma inquisidora y estas cosas terminan en un juzgado y con nosotros de los nervios.
Peleas entre hermanos en las familias enlazadas
Aunque pensábamos que el tema de los celillos no iba a afectar a nuestra familia debido a la diferencia de edad, lo cierto es que al final lo ha hecho. Mientras el niño ha sido pequeño no hemos notado celos por parte de mi hijastra, pero los Terrible Two han supuesto un torbellino que está arrasando con la paciencia de todos. El peque tiene sus rabietas; sus exigencias; nos ha salido respondón y eso hace que se enfrente con su hermana, que también se las trae.
Al mismo tiempo, la niña reclama más atención en exclusiva; tener sus espacios con cada uno de nosotros sin que interfiera el niño, pero eso no siempre es posible. Quiere una atención plena, que al parecer es la que tiene en casa de su madre, pero aquí, inevitablemente, tenemos que dividirla porque hay un niño más.
Si a esto le sumamos la situación que ella arrastra, podréis sospechar que el verano está siendo movidito. Y si añadimos que cuando se queja a la madre de que su hermano quiere jugar con sus cosas; le quita sus juguetes; le interrumpe en sus tareas; o le dice tonta, esta la refuerza contándole lo bien que va a estar en casa cuando estén juntas sin el «tocanarices» de su hermano, comprenderéis que haya días en los que den ganas de irte a comprar tabaco.
5 cosas que originan las peleas entre hermanos
Aparte de las cosas cotidianas de «dame esto / no, no te lo doy / pues sí, porque es mío…», hay cosillas detrás que dificultan la convivencia y favorecen los celos, las peleas, etc.
Sentimiento de abandono
La niña ha desarrollado un sentimiento de abandono de su padre. Desde que era muy pequeñita su madre siempre le ha dicho que su padre las había abandonado. Eso hace que interprete como un abandono situaciones normales.
Por ejemplo, que yo esté duchándome con el niño y pase su padre a hacer pis y cierre la puerta. Bien, pues en vez de interpretarlo como que ha cerrado la puerta para que no le vea hacer pis, se enfada porque dice que la hemos dejado apartada. Eso hace que, a partir de ahí, se genere una discusión porque piensa que su hermano tiene acceso a ámbitos de nuestra vida que ella no. Y comienza a caer todo lo demás como si fueran fichas de dominó.
Falta de autoridad
También hay un problema que ya he comentado en alguna ocasión y es el hecho de que SMQSY haya desautorizado al padre frente a la niña. Eso hace que sea mucho más difícil poner normas y límites ya que ella se rebela a sabiendas de que en su madre, bien cuando hable con ella ese día o bien cuando vuelva de vacaciones, va a tener un apoyo moral (y más allá del moral).
Esto, además, se refleja en el niño que ve que su hermana, ante cualquier propuesta, lo primero que dice es «no». Pero claro, nos dice «no» a nosotros y a ella, con lo cual, rabieta con nosotros; trifulca al canto con su hermana; todos nos ponemos nerviosos; nos molesta cualquier cosa… ¿Os suena?
La niña reclama permanentemente a su padre
Al mismo tiempo, aunque no lo ve como una figura de autoridad y lo tiene, según su psicóloga, en el equipo de los malos, la niña reclama permanentemente a su padre. Quiere hacerlo todo con él. Esto hace, por un lado, que no desarrolle su autonomía; y, por otro, que exija una atención por su parte que es difícil de sostener. Imaginaos la que se monta cuando yo también le necesito; o el niño… El pobre no se puede dividir.
Le das la razón a él porque es tu hijo
Esto es algo relativamente reciente. Hasta hace poco no habíamos tenido la sensación de que la niña tenía esa percepción. No deja de ser algo habitual entre muchos hermanos, en plan: «Siempre le dais la razón a él porque es vuestro favorito». Pero claro, aquí la cosa se complica porque afecta a algo más primitivo y al hecho de que, no podemos negarlo, tras la llegada del niño yo ya no puedo prestarle la misma dedicación que antes. Y creo que ella lo refleja así.
Celos inmensos del pequeño respecto a la mayor
Por otro lado, el pequeño está con sus Terrible Two, que van camino de ser los Terrible Three, Four, Five…: rabietas; dificultad para gestionar la frustración; un apego muy intenso respecto a mí… Esto hace que se genere mucho mucho mucho caos en casa.
Las rabietas son caóticas, intensas, agotadoras… Hacer algo con él cuesta una barbaridad; pero, además, el apego tan intenso que tiene respecto a mí hace que quiera marcar su territorio constantemente y no le deje a su hermana que se relacione conmigo de manera individual y tranquila. Es decir, en cuanto ve que estamos juntas, viene a separarnos; o si su hermana se refiere a mí como «mamá» cuando habla con él, este le aclara que no es su madre sino la de él. Cuando hace eso, ella se siente muy mal, y la verdad es que yo también porque no sé cómo reconducirlo.
3 formas de gestionar las peleas entre hermanos
Así, a bote pronto, diría que no gestionamos las peleas entre los hermanos, sino que sobrevivimos a ellas. De hecho, estamos buscando ayuda especializada porque, con nuestra situación, el día a día se hace muy cuesta arriba. Pero sí hemos hecho algunas cosas que nos funcionan y tenemos en mente hacer otras, por ejemplo:
No soy su madre, pero os quiero igual
Ayer el peque se acercó a la cocina, donde estaba su hermana. Y, sin venir a cuento, le dijo:
-Mi mamá me quiere a mí, pero mi mamá también te quiere a ti. A los dos igual.
Aluciné en colores, pero bueno, me hizo ver que ha calado algo que le repito muchas veces a los dos juntos y por separado. A ella le insisto en que, yo no sea su madre, la quiero muchísimo porque la he criado. A él, le explico que, aunque no la haya llevado en la tripa, para mí su hermana y él son igual de importantes.
Buscar actividades exclusivas con cada uno de nosotros
Es cierto que, desde que nació el peque, entre la pandemia y todo, nuestra vida ha cambiado mucho. El día a día nos come y es difícil encontrar espacios exclusivos, pero en nuestro caso es imprescindible. Por ahora, su padre tiene un día a la semana dedicado a ella: se van al cine o a cenar o con la bici o de compras… Lo lleva haciendo varios meses y es un momento que la niña espera con muchísima ilusión.
En mi caso siempre es más difícil, pero ya hemos decidido que, pase lo que pase, vamos a organizarnos para buscar también ese momento semanal. Esta noche, para empezar, nos vamos a tomar un helado juntas y tranquilas 🙂
Ante un conflicto, separarlos por igual
Intentamos no dar preferencia a ninguno de ellos sobre el otro. Si discuten, intentamos separarlos por igual para no generar roles de víctima y victimario. Pero bueno, esto no siempre es posible. También intentamos hablar con los dos: con el niño, en el momento; con la niña, cuando está más calmada… Pero es realmente complicado resolver este tema con todo lo que hay detrás. ¿Cómo controlar los sentimientos de ella? ¿Cómo hacerle ver que no es que su hermano no la quiera, como le dice su madre, sino que solo está aprendiendo a gestionar sus emociones?
Con el niño lo tenemos más asumido y controlado porque sabemos que es una etapa, pero con la niña es súper difícil y muy delicado. Muchas veces nos sentimos muy frustrados y muy perdidos.
En cualquier caso, estas cosillas no resuelven nuestro verdadero problema, por eso estamos buscando ayuda. Creo que nos vendrá bien para poder afrontar estas cosas que, no dejan de ser normales, pero que a nosotros y por nuestra situación, se nos complican más. Pero bueno, encontrar quien nos pueda ayudar con este percal en su conjunto no es fácil. Cruzaremos los dedos.
Nota: Por cierto, lo de tener tareas en casa también es un chocho porque, en nuestro caso, que tenga que recoger la habitación es maltrato. Creo que la jueza de Instrucción está muy contenta con SMQSY.
Deja una respuesta