La primavera ha llegado a la ciudad, que dirían Delafé y las Flores Azules y, con ella, los planes y eventazos chungochachis del cole. Estos eventos son muy molones, pero para una familia reconstituida con chocho montado se convierten en un auténtico suplicio (casi similar al de los trabajos mastodónticos).

Ayer, con el primer día de primavera, nos llegó un mail del cole en el que nos hacen una avanzadilla de todos esos momentos que, ahora que llega el buen tiempo, vamos a compartir en familia. Ideas chulas, claro que sí, pero para familias normales. Y digo normales porque la nuestra no lo es. Es una familia alternativa, una familia reconstituida, podríamos encuadrarla dentro de la normalidad; pero, lamentándolo mucho, no vivimos situaciones normales en nuestro día a día.

El caso es que el correo traía varias propuestas que, conforme las fue leyendo mi querida pareja sentimental, fueron levantando un reguerillo de piel de gallina por las partes más recónditas de mi cuerpo. Y no de gusto precisamente, sino de pavor.

 

El Día del Deporte

Hay un día cada primavera denominado Día del Deporte. Este día hacen bicicletadas, patinadas, patinetadas… Y cada niño se lleva su «vehículo» para hacer actividades al aire libre. En los años anteriores nos ha tocado llevar a nosotros la bici, patines… cosa que hemos hecho encantadísimos. Pero este año la cosa se torna un pelín regulera porque ese día la recoge su madre, pero la llevamos nosotros.

Esto no tendría mayor trascendencia si no fuera porque ese día también irán a recogerla sus abuelos, que son peores que la madre y los verdaderamente culpables de esta situación. Unos señores que, igual te graban, que te amenazan, que salen corriendo tras de ti. Así que, como no quiero verme correr carretera abajo con el bombo, estamos viendo cómo gestionarlo y proponerle a su madre que sea ella la que con todo el muchísimo-gusto-lo-hago-porque-para-eso-la-he-parido-con-mil-dolores-no-como-tú, se encargue de llevar la bici que toca este año (bici que tendría que comprar porque debe ser que con la del padre ya le sobra). Veremos en qué queda el asunto.

 

Día del Picnic en Familia y Amigos

Bueno, este súper planazo es para cortarte las venas a lo largo. No somos capaces de compartir tranquilamente 30 minutos de visita al pediatra y pretenden que participemos en un picnic en familia y amigos…

¿Os imagináis un picnic con la madre soltando pullas; la niña, rígida como una sota porque no sabe estar tranquila cuando ambos están juntos; el padre, como si se hubiera colado en un sitio al que no le han invitado; los abuelos maternos de escolta, por si hay que dar alguna hostia; y los paternos, de apoyo moral. Y yo con el bombo esperando fuera del recinto por si hay que llamar a la poli? Jajajaja.

Creo que vamos a pasar, aunque nos acusen de mal padre y mala madrastra.

 

Gimnasia con los abuelos

Los abuelos son la salsa de la vida y en estos coles chulos les gusta hacer actividades con abuelos dos veces al año: que si leemos cuentos, que si vamos a recoger flores… Bueno, pues este año vamos a disfrutar de una clase de gimnasia.

Cuando me lo contó me dio por reír porque no están mis padres metidos, claro está. Y porque, por unos instantes, me imaginé a la exsuegra haciendo sentadillas y me pareció una ideaca. Pero, hablando en serio, es un marrón. Sobre todo teniendo en cuenta que la última vez que coincidieron los cuatro abuelos en una función escolar, los contrarios se pasaron grabando con el móvil a los propios durante la hora y media que duró la función.

Menos mal que mis suegros son estupendos y tienen un cuajo espectacular y pasaron el trago sin darles dos sopapos, que era lo que se merecían. Así que bueno… veremos cómo afrontamos este día de los abuelos porque estas son las posibilidades:

Si van abuelos maternos y no paternos, mal porque no nos interesa la niña
Si van paternos y no maternos, inviable porque «no van a ser ellos más que nosotros».
Si no van maternos ni van paternos, pobrecita, que va a estar sin abuelos.
Si van maternos y paternos, correrá la sangre.

 

En fin, lo dicho: que estos eventos están muy bien, y sí, son muy buenrolleros y muy primaverales. Pero lo cierto es que para los padres divorciados que están en una situación de conflicto son un dolor de muelas.

 

Seguiremos informando,

Mamadrastra, Reportera de Guerra.