Si te has metido en este berenjenal del madrastrismo, es hora de que hablemos una regla de oro. Las reglas de oro son esas reglas que vas a tener que cumplir si quieres salir viva de esta aventura. Bien es cierto que no harán que salgas ilesa (para eso lo mejor es que salgas corriendo si todavía estás en la primera fase:  esa en la que no has conocido a los niños o solo los conoces de una tarde de helado y todavía te parecen adorables). Si ya has pasado al siguiente nivel, es importante que tengas en cuenta lo siguiente.

Regla de oro para grabar a fuego

Esta es una regla de oro para nosotros que parte de una exigencia de mi pareja a toda la familia: delante de la niña no se dice ni una sola palabra negativa sobre #SuMadreQueSoyYo. Y así es: es algo que seguimos a rajatabla. En casa, mamá es una más. Bien es cierto que no la ponemos por las nubes porque tampoco es plan de que la niña dé por fantástico el comportamiento tan sórdido que puede llegar a tener, pero jamás decimos nada negativo de ella.

He de reconocer que a veces es muy difícil, sobre todo cuando la niña te suelta, por ejemplo: «Mamá dice que de pequeña me tiraste un plato a la cabeza y me hiciste mucho daño». Sinceramente, en ese momento te dan ganas de coger toda una vajilla de 36 servicios y tirársela a mamá a dar, pero incluso en esos momentos hay que tomar aire y hacerte un nudo en la lengua (o servirte un gintonic). Eso después de contestarle a la niña porque no le vas a dejar con esa idea en la cabeza. Así afrontamos nosotros la manipulación infantil.

4 razones para no decir nada negativo de la madre

Su madre es su madre y, por muy mal que te caiga y muy desnortada que esté, por muchas putadas que os esté haciendo; por mucho que te provoque e incluso por mucho daño que sepas que su comportamiento le hace a los niños, sigue siendo su madre. Como es lógico, esos niños la quieren, como tú a la tuya.

Es probable que, si tienes la desgracia de tener una #MadreCustodia como la que nos ha tocado a nosotros, te cueste cumplir esta regla, pero créeme que es importantísimo. Nosotros la cumplimos por varias razones:

No queremos hacerle más daño a la niña

Si dices algo negativo de su madre, le harás daño. Le harás el mismo daño que cuando su madre le dice algo negativo de su padre. Y le harás el mismo daño que te harían a ti si hicieran algo similar, con la diferencia de que tú eres un adulto y tienes herramientas para gestionar esa situación, mientras que ellos no. Además, si lo que criticas es precisamente eso, no te comportes tú igual. La mejor forma de que no sufra es evitar hacerle daño.

No vamos a contrarrestar nada

«Si no quería caldo, toma dos tazas», puede pensar si tú también le pones la cabeza como un bombo con cosas negativas de la madre. A veces da la sensación de que utilizar un argumento negativo contra la madre contrarresta el efecto de lo que ella está haciendo y no es así. Solo consigue sumir al niño en un conflicto de lealtades mayor del que ya tiene.

No queremos alimentar el odio de la madre

Los niños terminan contándolo todo porque no tienen filtro (a no ser que lleguen a tener «secretos de brujas», como los que tiene mi querida hijastrita con la #MadreCustodia y que no cuenta por nada del mundo). Por eso, si le hablas mal de su madre, probablemente termine diciéndoselo y lo único que consigas sea darle motivos reales para que su comportamiento se tornen más agresivo y le meta más cizaña a la niño, por lo que volveríamos al punto uno: terminarías haciéndole daño, aunque fuera indirectamente.

Queremos que sea libre

Para nosotros es muy importante que la niña exprese sus sentimientos. Aunque su madre se esté comportando como una energúmena, es su madre y la quiere, y nos hace muy felices que, teniendo el panorama que tiene, nos hable de mamá con naturalidad porque eso quiere decir que confía en nosotros; y que cuando hable de su familia se refiera a papá, a mamá y a mí. Estoy segura de que delante de su madre no es capaz de decir esto, en parte porque, delante de ella,  no es capaz ni de mirar a su padre.

Por eso, queremos que se sienta cómoda expresando sus emociones, que tenga la libertad de recurrir a nosotros siempre que lo necesite y que, si tiene un problema con su madre, no tenga miedo a decírnoslo porque piense que mamá no nos gusta o porque nos enfadamos si habla de mamá… Queremos que sepa que en casa se puede hablar de todo y hacerlo tranquilamente y sin problemas.

 

Sentido común y generosidad

Hay gente que no comprende nuestra postura y, aunque en el fondo la admiran, siempre se justifican en la parte tan perversa que subyace en toda esta situación: el miedo a perderla; el miedo a que llegue un momento en el que ella crea a su madre y se separe de nosotros… Efectivamente, nosotros tenemos ese miedo, pero es algo que no podemos controlar y que, desde luego, no creo que podamos contrarrestar comportándonos como lo hace su madre.

Nosotros estamos aquí para hacerle la vida más fácil, para que sepa que en casa no hay palabras feas contra el otro progenitor, ni reglas de cómo tiene que comportarse con él o como la tiene que dibujar, ni nada de eso. En casa puede ser ella, expresar sus sentimientos, comernos a besos, dibujar a mamá, prepararle un regalito o decirnos que la quiere y que nos quiere.

Su bienestar para nosotros es fundamental y si para eso tenemos que tragarnos el orgullo y ponernos un puntito en la boca cuando su madre hace alguna barbaridad, lo hacemos. No es cuestión de tragaderas, es cuestión, en mi opinión, de sentido común y generosidad, que ya ha pasado bastante para tener cinco años.

Eso si, cuando no nos oye, me explayo. ¡Vaya si me explayo! Y me reitero: hay veces que le tiraría una vajilla de 36 servicios.

 

Notita importante: sé que no hace falta que lo diga, pero yo estoy hablado desde mi experiencia que, lamentablemente, no es buena. Por suerte hay muchas madres divorciadas fantásticas que tienen un comportamiento ejemplar. A ellas les hago una ola. Ojalá nuestra peque tuviera esa suerte y nosotros también, porque seríamos todos mucho más felices. 

Y, por supuesto, lo que digo es aplicable al revés. Hablo de la madre porque es nuestra visión, pero el comportamiento de #SuMadreQueSoyYo lo condeno abiertamente lo ejerza el progenitor que lo ejerza.