Ayer fue el cumple de la peque y, con él, llegó un tema importante: ¿qué le regalamos si cumple los años en una fecha en la que va a estar saturada de regalos?

Ella, que es muy pragmática, ya se había encargado de pedirnos lo que quería exactamente (en este caso un disfraz), pero sabíamos que además de eso habría muchos más regalos. También sabíamos que, una vez abiertos, probablemente no volvería a hacerles caso más allá de los primeros días, quizás los primeros minutos. Por eso decidí que sí, que iba a comprarle el disfraz de princesa que ella quería; que sí, que lo tendría por duplicado porque también se lo compraría su madre; pero que, además de eso, le haría un regalo personalizado.

Todas las familias reconstituidas, y más cuando estamos inmersas en un festival contencioso, sabemos la importancia de los pequeños detalles. Cuando estás en una situación así, eres consciente cada minuto que pasa de que estar con tu hijo es un regalo. Por eso este año he decidido que el día del cumple de la peque también celebraríamos otra cosa: el día que mi chico se convirtió en padre por primera (y única hasta la fecha) vez. Por este motivo decidí hacer un regalo personalizado para ambos. Un regalo con el que celebrásemos que hacía 6 años que se habían conocido.

Un scrapbook para compartir con papá

El regalo elegido fue un scrapbook que recoge los momentos que han pasado juntos desde que cumplió 5 años hasta los 6. En este scrapbook se hace un boceto de cómo es ella a esta edad y los momentos que ha pasado con su padre (desde esos momentos del día a día que pasan inadvertidos hasta esos momentos más especiales como el día que buceó entre peces por primera vez, o el día que la disfrazamos de chulapa por San Isidro, o el día que le hice un disfraz de galaxia, o aquel día que se puso a jugar al fútbol con sus zapatos de princesa o todos esos «robados» que les he hecho y que muestran su día a día).

Además, quería que fuera un regalo para el futuro. Quizás porque todavía tengo el temor de que llegue un momento en el que nos rechace o en el que no quiera saber de nosotros por un tiempo. Ese temor siempre me acompaña. Por eso siempre que puedo no pierdo oportunidad de mostrarle lo que ella significa para su padre y lo que su padre significa para ella. Y esta, desde luego, era una buena ocasión para hacer algo que en un futuro le haga saber lo importante que es para todos nosotros, pero especialmente para su padre.

 

¿Cómo hice 2193 días juntos?

Yo no soy muy manitas, por lo que busqué una fórmula que me ayudara a hacer algo sencillo y aparente. Y, por supuesto, una vez más, eché mano de ese recurso que nunca me falla: la tienda de chinos.

Materiales de papelería

En los chinos encontré un festival de materiales de papelería e hice acopio de lo que, en principio, pensé que me podría servir: 1 álbum de papel reciclado de 30×30 cm; rotuladores de colores, rotuladores plateados, goma eva, pegamento… En ese momento no sabía muy bien lo que quería, pero me sirvió de inspiración.

 

Selección de fotos

Después hice una selección de fotos del último año e intenté relacionarlas: fotos que describen su carácter; fotos de las cosas que ha hecho por primera vez; fotos en las que está comiéndose a besos a su padre; fotos disfrazada, fotos con los primos; fotos boicoteadas (porque últimamente no le gusta que le hagamos fotos…), sus cartas al Ratoncito Pérez… Bueno, como lo hice un poco a boleo, me dejé el sueldo del mes en imprimirlas. Todas con brillo, por supuesto.

 

Boceto de la historia

Hice un boceto de la historia con anécdotas y momentos que hemos vivido durante el último año para intentar buscar una coherencia entre todas esas cosas y las  fotografías.

 

Café

Aunque tenía claro lo que quería hacer desde hacía tiempo, al final dejé todo para el último momento. Además, querer que fuera una sorpresa para ambos tampoco ayudó. Así que, al final, me vi la noche de antes con todo el trabajo por delante. Me tomé un café y empecé a improvisar la historia.

 

Finalmente lo que hice fue un álbum comentado con dibujitos e historias al que titulé 2193 días juntos, que son los días que hacía que mi Pequeña Dictadora y su padre se habían conocido. En ese álbum cuento anécdotas que acompañan las fotos, hago un «dibujo» de la personalidad de la peque (lo que le gusta, lo que odia, lo que lo hace reír…) y también muestro la relación que existe entre su padre y ella.

Al final ha sido un regalo muy chulo que recoge cómo es su vida juntos. A su padre le emocionó más que a ella que, si normalmente abre los regalos y los aparta con una facilidad pasmosa, imaginaos lo que hizo cuando vio esto. Pero sí que lo ha cogido en alguna ocasión para verlo.

Lo comparto con vosotros porque creo que puede ser un buen regalo para el cumpleaños. Sobre todo porque, comentaba antes, las familias como la nuestra viven el día a día de una forma muy intensa. Y es una buena fórmula de capturar todos esos momentos que pasan juntos para que puedan tenerlos siempre. A mi chico le gustó muchísimo este regalo. Al fin y al cabo, ese día es el cumple de la peque, pero también celebramos que él se convirtió en su padre. Y siempre dice que ese día fue el más feliz de su vida.