Hay muchos momentos que una madrastra jamás olvida y el día que conoces a la madre de tus hijastros es uno de ellos. Hay gente con experiencias estupendas; pero no es mi caso. Conocer a la madre de mi hijastra ha sido uno de los momentazos más surrealistas que he vivido jamás.

Corría 2016 cuando fuimos a llevar a la peque a casa de su madre tras las vacaciones de Semana Santa. Yo me quedé en el coche. Ya era de noche. Y, de repente, veo que mi entonces novio salía corriendo del portal hacia el lado contrario. En ese momento pensé que iría a sacar dinero. Me puse a mirar el móvil y, cuál fue mi sorpresa, cuando veo venir a lo lejos a una señora con una niña. La niña era mi hijastra y la señora, #SMQSY.

Como entonces todavía no sabía de sus accesos chulescos, pensé que igual iban a tomar algo con alguien y que, casualmente, pasaban justo a mi lado, pero no. Se paró, tocó el cristal de muy malas formas y empezó a gritar:

¡¡¡Estás con un maltratadoooorrrrr!!!!

¡¡¡¡Estás con un abusador de menores!!!!!! ¡¡Ha abusado sexualmente de mi pequeña y está con juicios!!

¡¡¡Tu vida corre peligro!!!!!

Yo no daba crédito. Y como no podía reaccionar porque estaba flipándolo mucho, solo se me ocurrió decir que no la oía, una mala decisión porque me repitió todo y gritando más todavía.

Como yo no reaccionaba, intentó abrir el coche. Al estar cerrado, pensó que podía tirar de la manivela con fuerza. Y, al ver que continuaba cerrado, se puso a darle patadas a la puerta.

Mi hijastra, con la cara de lechuga que ponía en aquella época (porque ahora ya ha conseguido perfeccionarla como si fuera una jugadora de pócker y pase lo que pase no sabes qué pasa por su mente), acariciaba el cristal y me decía:

-Mamadrastra, es mamá, es mamá…

Como diciendo: tranquila, que esta señora es de la familia. Así que no se me ocurrió otra cosa que intentar disuadirla tocando el pito para que mi chico viniera cuanto antes. Pero eso no hizo más que encenderla. Así que, en un momento de lucidez y viendo que cada vez se ponía el tema peor, le dije:

-No deberías decir estas cosas delante de la niña.

-¡¡Las digo por tu bien, para salvarte!!

Y ahí fue cuando oí la puerta del conductor; mi chico se metió y arrancó el coche como en las pelis de dibujos, dejándose las ruedas en el suelo.

Cuando llegamos a casa y se me pasó el ataque de ansiedad, porque no paraba de llorar, me contó que, al ver que SMQSY salía corriendo tras de él, él se dirigió hacia el lado contrario para que lo siguiera y no vinera al coche. Pero como en aquella época #SMQSY esperaba el intercambio encaramada a la ventana, nos vio llegar y a mí salir a darle un beso de despedida a la peque, por lo que sabía que estaba dentro.

Y, bueno, así fue como conocí a la magnífica, inigualable, sorprendente y agotadora #SuMadreQueSoyYo. Como todo en nuestra historia, muy normal…