Llevamos tiempo pensando si compartir esto con vosotros. La balanza siempre se ha inclinado hacia el sí, por supuesto, porque no podíamos ocultar algo tan maravilloso y que nos hace tan felices. Pero estábamos esperando el momento oportuno, que nunca terminaba de llegar. Primero las doce semanas de rigor, luego una prueba, más tarde otra… Pero hoy hemos decidido animarnos, así que confirmo el spoiler del asunto:
¡Vamos a tener un hijo!
Por ahora preferimos no decir si es niño o niña (así que diremos “hijo” y punto). Podría decir “hijx”, pero probablemente los posts estarían llenos de erratas al tener que mantener esta secuencia gramatical en artículos, determinantes, pronombres… Así que he preferido homogeneizarlo. .
Dicho esto, que quizás no debería haber sido lo que encabezara el post, (pero como ya os he hecho el spoiler en el título, quería enlazarlo), vamos a las cosas chulas.
¿Cómo vive la noticia esta familia reconstituida?
Ella
Nuestra Pequeña Dictadora está como loca desde que se enteró. Desatada. Desnortada. Sobrepasada. Entusiasmada. Anda 800 metros por encima de suelo. Se pasa el día pegada a mi tripa escuchando las patadas y hasta pone en fila a sus compañeras de cole en plan «Pasen por tripa» para escuchar al bebé (la cara de las madres, conocedoras de parte del percal que tenemos, es para enmarcar jajaja). Además, como buena inquisidora, al principio no me dejaba dar un paso sin que lo hubiera revisado previamente:
Mamadrastra, no tomes café, que es malo.
Mamadrastra, no calientes mucho la sopa no se queme el bebé
Mamadrastra, no me cojas en brazos, que le hacemos daño al bebé
Esta disposición, como imaginaréis, cambiaba y sigue cambiando cuando le digo:
Cariño, tus zapatillas siguen tiradas en el salón…
Y hace caso omiso a la información como a todo lo que no le interesa.
Ahora ya está más relajada, pero sigue pegada como una lapilla a mi tripa y cuando la tenemos en casa y llego del trabajo, sale corriendo a buscarme y con un cuidado brutal, me levanta la camiseta, me descubre la barriga, abre los ojos y me dice:
¡Cada vez está más grande! ¡Mira, Papá!
Y pega la oreja. Entonces yo pongo en marcha mis abdominales, le doy un “patadón”… y ya la tenemos como loca para toda la tarde. También le habla, le canta con su padre e, incluso, convencida de que la entiende, intenta comunicarse con el interior:
¿Te gusta esta música?
Si es que sí, dame una patada
Si es que no, dame dos
Y vuelve a pegar la oreja.
¡¡Ha dado una!! ¡¡Sí le gusta!!
Además, está encantada con la idea de ser la Hermana Mayor, con todo lo que eso conlleva, madremíademivida. Nunca he visto unos ojos brillar tanto como el día que se lo dijimos. Ni tampoco a nadie saltar con tanta alegría. Esto para nosotros fue un alivio porque, aunque ya sabíamos que quería un hermanito, teníamos temor a su reacción.
Él
Mi chico está muy feliz desde el primer momento. Recuerdo que al principio de la relación me dejó muy claro que no quería tener más hijos, que él ya había cumplido esa etapa… (de ahí el post sobre cómo pagamos las madrastras los platos rotos, porque es un tema que me han planteado muchas madrastras). A él le preocupaba que yo no y que en un futuro pudiera querer tener hijos y sentirme frustrada. Pero como el instinto maternal no es algo que me haya acompañado en mi vida, pasé bastante de sus historias y me centré en una: vivir el día a día.
Bueno, pues ahora nos hemos encontrado con esta sorpresa y está encantado. Y entre los juicios, las denuncias, los servicios sociales, comisarías, el curro, los deberes de la peque, etc., tiene que hacer otro hueco más para venirse a todas las analíticas, ecos, pruebas, minipruebas, visitas con la matrona… No se pierde nada aunque le estoy volviendo loco con las citas.
Esto no me ha pillado por sorpresa. Sé sobradamente que es un padre implicadísimo y responsabilísimo. De hecho, una de las ventajas de estar con un chico con hijos es que sabes cómo será como padre y yo sabía que él era el mejor.
Yo
Y yo, pues bueno… al principio no me lo tomé demasiado bien y tengo que reconocer que recibí la noticia con lágrimas y no de alegría. Me pareció un marronazo porque complicaba la situación que tenemos, que de por sí es complicadísima. Además, como he dicho, nunca he tenido un instinto maternal muy desarrollado.
También me asaltaron muchos miedos: cómo se lo tomaría la niña, cómo se lo tomaría la madre, cómo afectaría a la seguridad emocional de la peque… Hubo un día que me imaginé con las hormonas del revés, sin dormir, la niña fingiendo que le dolía la tripa para volver a ser el centro de atención y #SuMadreQueSoyYo dando la murga como solo ella sabe y aprovechando el tiro… Y me vi en plan asesina de Kill Bill cargándome todo lo que se ponía a mi paso.
Pero bueno, ha pasado tiempo de aquellos primeros días, ahora todo es diferente y aquí estamos: conociéndonos y acostumbrándonos a los cambios. Total, vamos a estar juntos toda la vida y más allá de la vida. Así que tenemos que aprender a querernos bien (que es muchísimo más difícil que quererse con locura porque eso es inevitable) y en ello estamos. También estamos aprendiendo a contener las lágrimas de emoción cuando noto las patadas, que las sigo viviendo como la primera en la que, por supuesto, lloré de un sentimiento que aún no sé cuál es.
En fin, que estamos muy felices y ya os iremos contando cómo lo llevamos, cómo van cambiando nuestros roles… Al fin y al cabo, es la evolución de nuestra familia reconstituida y seguro que puede ser muy enriquecedor ver cómo han evolucionado otras familias y han ido integrando a sus nuevos miembros.
Y, además, aunque este es un blog de madrastras, sé que hay un montón de madres divorciadas estupendas, las #MamásASecas; o todavía sin divorciar (por siempre, por mucho o poco tiempo), de las que tengo que aprender un montón y a las que, una vez más, doy las gracias por tantas y tantas cosas como me enseñan cada día.
Muchísimas gracias por estar ahí y permitirnos que compartamos esta noticia tan estupenda con vosotros.
¡Qué fuerte es todo!
26/02/2019 at 12:38
Qué alegría más grande, espero que tengas un buen embarazo sin complicaciones y que la Pequeña Dictadora sepa canalizar todos sus sentimientos. Un abrazo muy grande para tí y tu pareja.
26/02/2019 at 13:36
Maravillosa noticia! A disfrutar del día a día! Un fuerte abrazo!
26/02/2019 at 14:17
Enhorabuena! Yo tengo una familia parecida a la tuya y ahora tenemos una bebé de un mes… yo tampoco tenía instinto maternal y aquí estoy, con mi niña en brazos y feliz. Aún estoy en la cuarentena pero ya puedo afirmar que, sí bien los cambios el primer mes son fuertes (y nada que ver con el embarazo) todos los miembros se ven evolucionando y todo cambia. Las prioridades también. Por ejemplo, la madre de la criatura deja de ser el centro de las conversaciones, lo cual es genial… en fin, cada familia es diferente, pero me reconozco en el momento en el que estás, y te diré que vienen muchos más, que serán preciosos. Adelante con los cambios!
26/02/2019 at 14:38
Enhorabuena reina, lo vas a hacer genial.?
26/02/2019 at 20:08
Enhorabuena, familia. Lo vais a hacer genial y vais a ser muy felices. Además, ya no tendrás que volver a oír la temida expresión: «lo entenderás cuando seas madre» , esa que repiten hacia nosotras como si nuestro amor hacia las hijastritas no fuera lo suficientemente verdadero.
26/02/2019 at 23:30
Enhorabuena!!!! Y toneladas de paciencia. Las SMQSY no suelen tomarse muy bien esas cosas 🙁
27/02/2019 at 11:13
Animo !!!, todo saldrá bien . Pero prepara respuestas calmadas para los comentarios de #sumadrequesoyyo: no es tu hermano de verdad, ya no te van a querer como antes, se lo dan todo a tu hermano, ahora quieren estar solos con el nuevo bebé…Nuevos desafíos, pero cuando afectan a tu hijo es más difícil guardar la calma …pero es imprescindible. Mi #sumadrequesoyyo ha llamado «ése» a mi hijo desde que nació y no le ha permitido ni asomarse al portal («ése, que no pase»), a pesar de que él le saludaba cordialmente con toda la inocencia del mundo. Por qué? porque el vínculo con un hermano es muy fuerte y casi imposible de romper, sabe que es una batalla perdida hablar mal de su hermano . Ahora tienen 20 y 16 y el vínculo sigue fuerte, por encima de nosotros y de ella. ¡enhorabuena!!
01/04/2019 at 12:16
Yo estoy actualmente en tu misma situación, con menos barriga, por lo que cuentas, y hay días que no se como sigo adelante. Por más que intento saltar de la rueda, la rueda siempre me pilla. Es tan triste escuchar según qué cosas de un niño tan pequeño, que duele el alma. En nuestro caso, cada vez que se dice algo de un hermano o un bebé en casa, el niño se enfada…. le han dicho que solo los puede “comprar” su mamá, que los nuestros no los quiera… Y eso que aún no saben nada…. Paciencia y mucha fuerza, que la necesitamos todos!