La alienación parental provoca controversia, por lo que he decidido hacer una serie de posts sobre este tema. Entre otras cosas porque somos muchas las familias afectadas por la alienación parental o la interferencia parental o por la manipulación parental o por esa cosa tan horrible que solo existe si sale en TV y es el padre quien la ejerce ya que entonces la llamamos Violencia Vicaria y tenemos vía libre para hablar de ella y llevarnos las manos a la cabeza sin que nos llamen de todo.

Alienación Parental: ¿está aceptada por la OMS?

La Organización Mundial de la Salud incluyó la Alienación Parental en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) en la edición CIE11 del 8 de junio de 2018. Además, se aprobó un año después por la Asamblea Mundial de la Salud en Ginebra bajo el código QE.52 Caregiver-Child Relationship Problem.

Estas inclusiones no se hacen a lo loco, se hacen tras analizar decenas de miles de casos de personas con los mismos síntomas. Tras la aprobación, la presión política fue tal que tuvieron que retirarlo en 2020. Está en revisión.

Alienación Parental: ¿síndrome o no síndrome?

Cuando se habla del Síndrome de Alienación Parental, lo primero que se escucha es: «El SAP no está aceptado por la Ciencia». En este sentido creo que es importante concretar qué es acientífico y qué no lo es en este término.

Lo que genera discusión a nivel clínico, más allá de las cuestiones políticas e ideológicas (que no son Ciencia), es el término «Síndrome». Es decir, si el conjunto de efectos que produce en los niños esa manipulación parental se corresponde con lo que clínicamente se considera un síndrome. La alienación parental no se pone en duda a nivel científico o forense, como no se pone en duda otros términos para referirse a lo mismo, como es «interferencias parental» o «rechazo filio-parental injustificado». Esa duda llega de sectores políticos y atiende más que a una cuestión científica, a una cuestión ideológica.

Por lo tanto, eso de que «El SAP no está aceptado por la Ciencia» es una verdad a medias ya que el SAP no se acepta; ahora bien, la Alienación Parental, sí.

Alienación Parental: ¿Qué dice la Psicología Forense pública?

Los divorcios de alta conflictividad son tan complejos que muchas veces, jueces y tribunales, necesitan apoyarse en especialistas para conocer la realidad de la unidad familiar e intentar tomar la mejor decisión respecto a los menores. En caso de que haya un rechazo por parte del menor hacia uno de los progenitores, el psicólogo forense, desde su conocimiento científico, evalúa a qué se debe este rechazo, pudiendo ser una consecuencia de una interferencia parental o a otras causas.

En este sentido, la Asociación de Psicología Forense de la Administración de Justicia (A.P.F.), lanzó un comunicado el 14 de julio de 2016 en el que se reivindicaba la psicología forense como una especialidad de la Psicología «independiente de ideologías, pensamiento político o influencia de grupos o sensibilidades sociales» así como la importancia de su labor, como herramienta de auxilio judicial, en los casos de rechazo filio-parental injustificado. Un comunicado especialmente sorprendente y que pone en relieve la presión ideológica que se está sufriendo en este sentido.

Creo que estas tres cuestiones plantean un marco interesante, sobre todo tras la publicación de la Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia y los límites que pone al hablar de alienación parental, interferencia parental, rechazo filio-parental, manipulación parental o cualquier término que dirija a una maltrato hacia el menor por parte del progenitor siempre y cuando no sea el padre, ya que entonces hablaríamos de «Violencia Vicaria».

Si os interesan conocer las bases «científicas» del concepto Violencia Vicaria, os recomiendo estos dos artículos de Loola Pérez (@DoctoraGlas):

Violencia vicaria: el peligro de la acientificidad y el periodismo magufo (I)

Violencia vicaria: el peligro de la acientificidad y el periodismo magufo (y II)

Teniendo en cuenta estas premisas, que creía importante hacer, a lo largo de las próximas semanas iré publicando posts para las familias que estén viviendo una situación como la nuestra (que sabemos que no es para nada la peor porque hay casos terribles), a ver si entre todos, podemos ayudarnos a sobrellevar este particular infierno y, ante todo, ayudar a estos niños, a todos, independientemente de cuál de los progenitores ejerza este maltrato.