El otro día, en medio de una tomatera matutina, como las que solemos tener últimamente, nuestra Pequeña Dictadora nos pidió que le enseñáramos lo que decía el juez a ese respecto. Nos quedamos k.o.

¿Qué niño de ocho años tiene que sabe si hay o no un juez por medio? Nuestra contestación fue seca:

-Eso es una cosa de mayores que ni debes saber ni entiendes ni te interesa.

Pero el caso es que a mí me afectó más de la cuenta porque me dio por pensar que quizás habíamos pasado de fase. Que, en esta situación tan surrealista, ahora tenemos una niña que ya no solo nos dice que si hacemos algo que no le gusta, «mamá le enviará un correo a los médicos», entendiendo por médicos los Servicios Sociales. O nos pide que le enseñemos los mensajes de whatsapp que se intercambian los padres, como hace su madre, cuando en realidad no se comunican por whatsapp, por lo que no sabemos muy bien qué es lo que lee. Ahora nos pide que le enseñemos lo que escribe el Juez, metiéndose hasta la cintura en el fango en el que vivimos.

El caso es que lo puse en Twitter y, cuál fue mi sorpresa, cuando una Magistrada, «hija de padres divorciados, madre de hijos de padres divorciados y redactora de decenas (si no son cientos) de sentencias de divorcio, separación o modificación de medidas», como ella misma dice, (además de amiga ya, a estas alturas), me mandó una carta para mi hijastrita. Ella es @Ladycrocs.

La leí y se me saltaron las lágrimas por muchas cosas. Primero porque, mientras que la leía, retumbaba en mi cabeza su voz. Con sus inflexiones, con su timbre… Y parecía que la estaba oyendo a ella misma decirle esas palabras con una dulzura que dejaba entrever que se lo decía como «el juez», pero también como hija, como mamá y como una amiga que nos está acompañando emocionalmente en todo este camino.

Segundo, porque me pareció un detalle maravilloso (no os voy a decir lo que supuso para su padre porque lo podréis imaginar) y me hizo descender de nuevo al corazón de una niña que tiene que tener la cabeza y el propio corazón como una jaula de grillos. Ninguna madre ni ningún padre tendríamos que permitir esto.

También lloré porque miramos al futuro con esperanza, pero porque no nos queda otra. Es una esperanza que no nos creemos. La realidad es esa.

Y también lloré, entre otras muchas cosas, porque me da por pensar en la basura de infancia que está teniendo y en cómo lo va a arrastrar toda su vida.

En fin, hoy quiero compartir la carta con vosotros para que, si estáis en la misma situación, podáis tirar de ella para decirles a estos niños que quieren saber qué dice el juez. Porque esta es una carta para nuestra peque, pero también para tantísimos niños que están como ella, escondidos debajo de la mesa, ante un conflicto que no les pertenece

Carta del Juez a los hijos de padres divorciados

Hola, preciosa:

Tu padre y tu mamadrastra me han dicho que quieres saber qué dice el juez. Pues allá va.

         En primer lugar, la juez sabe de tus andanzas, conoce muy bien a tu familia y sabe que te quieren, te quieren tanto que harían cualquier cosa por verte feliz, por ver que creces tranquila, sin quebraderos de cabeza. Pero todos sabemos que eso es imposible, porque ¿a quién no le ha quitado el sueño el saber que no hemos estudiado para el examen de mañana? ¿Quién no tiene un nudo en el estómago cuando se acerca el cumpleaños y no sabemos si vendrán todos a los que hemos invitado?

         De los otros quebraderos de cabeza se encargan ellos, ellos saben cómo lidiar con los problemas y con los jueces, como yo. Ellos controlan para que una niña como tú deba preocuparse por lo realmente importante: si me van a dejar ver la tele hasta la hora que me dé la gana y comerme todas las palmeritas de chocolate.

         Y a los jueces nos gusta saber que vosotros vais a estar al margen de estas historias que a nadie le gustan, pero que alguien debe encargarse de ellas.

         Lo principal es que tengas presente cuánto te quieren y que todo lo hacen precisamente por el inmenso amor que te tienen. Tú sonríe, y ya encontraremos un motivo para ello 😉 

Fdo:

María Teresa Puchol Soriano

Magistrada del Juzgado de Primera Instancia nº 1 de Huesca

Millones de gracias, amiga.